PIRINEOS RECÓNDITOS… Ascensión a Peña Nevera (2.721 m), El Fraile (2.705 m) y
Collaradeta (2.730 m).
Ruta realizada el día 17 de marzo de 2012.
Para situaros, deciros que dichas cumbres se ubican en el Valle del Aragón,
concretamente en el macizo de la Collarada, y situadas al este de dicha
cima, que por entidad y altura, fija sobre ella la atención de todo montañero,
ensombreciendo y relegando la observación y atención de las cumbres citadas. 
Precisamente por ello estas cumbres se convirtieron en nuestro objetivo, dado que no desmerecen en belleza y esfuerzo de su hermana mayor, tanto en cuanto a su estético porte como en lo completo de su ruta de ascensión; deparándonos además el placer de transitar por una zona del Pirineo desconocida y recóndita…

Indicaros que la ruta es exigente, ya que hablamos de un desnivel neto acumulado en torno a los 1.650 m, y que, además, puede incrementarse si se decide su ascensión desde la misma localidad de Villanúa –a 950 m-, por lo que, en ese caso, debemos sumar otros 300 m de desnivel.

En nuestro caso, partimos del paraje conocido como la “fuente de Paco” –a unos 1.230 m, a la que podemos llegar por la pista de la Trapa sin necesidad del permiso municipal que se exige en aquélla-, siguiendo la ruta balizada que procede del mismo Villanúa y que nos introduce a través del barranco de Bozuelo hasta dejarnos en el refugio del Cubilar de la Espata -1.685 m, al que accede la citada pista de la Trapa-. Esta primera parte del recorrido posee el encanto de realizar la ascensión a través de un bello pinar y abetal.

A partir del citado refugio, tomaremos dirección este para adentrarnos en un recogido valle de modelado glaciar que nos situará en el collado Marañán -2.058 m-. Sin necesidad de alcanzarlo, unos metros antes, hemos de tomar dirección Noroeste, evitando la gran loma que conduce a Somola Baja -2.571 m-, e internarnos en el vallecito del Cubilar de Marañán, ya en terreno rocoso pero sin dificultades reseñables, y que se ubica entre las moles rocosas que conforman Collaradeta por el oeste y Somola Occidental por el este.

Lo lógico es que, en estas fechas, nos encontremos con nieve continua desde los 2.000 m, cosa que no sucedió en nuestro caso, dado el extremadamente seco otoño-invierno que ha padecido el Pirineo, como podéis comprobar por el reportaje fotográfico adjunto… No obstante, sí que hicimos uso de los crampones a partir de unos 2.400 m, encontrándonos con una nieve, eso sí, en óptimas condiciones para “los pinchos”…

De esta forma y dirigiéndonos hacia el noreste en el último tramo, alcanzamos el bello sinclinal colgado conformado por Peña Nevera al norte, Somola Alta al sureste, y Somola Occidental al oeste. Este sinclinal recuerda al del Castillo de Acher, quizá no tan estético visto desde su base, pero de una notable mayor altitud, pues nos encontramos en una elevada meseta sobre los 2.600 m, con varias depresiones que suelen acumular nieve aún en pleno verano (de ahí el nombre de Peña Nevera). Para alcanzar la cumbre, tuvimos que desprendernos de los crampones en el último repecho, que resulta ser una corta pala que da esa pose tan peculiar a la Peña Nevera (2.721 m). 

Las vistas son, por supuesto fantásticas, pero quiero resaltar que, sobre todo, muy particulares por ser una zona desconocida, pues nos encontramos en uno los parajes más recónditos del Pirineo occidental; teniendo delante de nosotros hacia el norte el circo de Ip y las bellas cumbres que lo cierran, desde la Pala de Ip, Punta Escarra, Pico del Águila, Pala de Alcañiz y los escarpados Cuchillares. Y a nuestra derecha, al este, el Corral Blanco con el ibón de Bucuesa, cercado a su vez por la Pala Rayos y la imponente cara oeste de la Peña Retona, ya formando parte de la Sierra de la Partacua.

Para abordar nuestro siguiente objetivo del día, debimos volver sobre nuestros pasos y aproximarnos al collado que forma la propia Peña Nevera con el Fraile, que no deja de ser una cima secundaria al norte de la Collaradeta. Aquí volvimos a ponernos los crampones en un breve tramo, a la vista de la dureza de la nieve y para evitar un desagradable resbalón… De esta forma se accede casi sin apreciarlo a la cumbre del Fraile (2.705 m), bastante menos atractiva que Peña Nevera y con vistas similares. De aquí a nuestro último objetivo, solo restaba descender unos metros hasta el collado del Fraile -2.671 m-, para afrontar un suave repecho que nos conducirá hasta la Collaradeta (2.730 m), que disfruta de un bello porte desde el valle de Aragón como hermana menor de la Collarada.

Por fin, la bajada la vamos a realizar por la ruta balizada con estacas de madera de la que nos hemos desviado en el ascenso en el refugio del Cubilar de la Espata; ahora, por el paso de Abete que separa la Collaradeta de la Collarada, nos llevará por suaves lomas, con fantásticas vistas hacia el sur –Punta Espata y las cumbres redondeadas de Bacún Norte y Sur- y por un bello bosque de pino negro al final, tras atravesar un resalte rocoso, al citado refugio. Desde aquí, realizamos el único tramo común tanto en la subida como en la bajada.

Lo dicho, ruta hermosa, exigente y completa, sin dificultad técnica, y que os deparará el placer de transitar por una zona apenas frecuentada por montañeros…